El 16 de septiembre se celebra el Día internacional para la Conservación de la Capa de Ozono.
El Protocolo de Montreal es el acuerdo internacional que ha llevado a la eliminación de más del 99% de los productos químicos que agotan el ozono y ha contribuido significativamente a la mitigación del cambio climático.
El Protocolo obtuvo el apoyo de 197 países, en un esfuerzo verdaderamente global por hacer cambios para un bien común. Gracias a este esfuerzo colectivo a escala mundial, la capa de ozono se está recuperando y se espera que, a mediados de este siglo, recupere su grosor, alcanzando niveles anteriores a los de 1980.
Hoy, la lucha continúa para evitar que nada impida la recuperación de la capa de ozono como demuestran los póster conmemorativos con los que el Programa de Naciones para el Medio Ambiente nos recuerda los retos futuros.
La capa de ozono, que es una capa frágil de gas, protege a la Tierra de la parte nociva de los rayos solares, y por consiguiente, ayuda a preservar la vida en el planeta.
Las prácticas que ayudan a la capa de ozono
En el ámbito personal y empresarial, no es necesario hacer grandes sacrificios para poder tener una actitud responsable con el planeta. Solo se necesita cambiar ciertos hábitos que van desde el reciclaje hasta la compra de productos que no utilicen sustancias dañinas.
La quema de basura también contribuye a la creación de gases de efecto invernadero. Esta práctica afecta a la capa de ozono y contribuye a la degradación del suelo. Se recomienda separar y reciclar la basura antes de desecharla. Los contenedores de reciclaje Publicbin pueden ser muy útiles para foemntar y facilitar este reciclaje.
Según una nueva evaluación realizada por 300 científicos, la capa de ozono que protege a la Tierra lleva camino de recuperarse en las próximas décadas, gracias a las medidas internacionales adoptadas de forma concertada contra las sustancias que agotan esa capa.
- Compra bombillas de bajo consumo
- Compra productos locales y de kilómetro cero
- Reciclar y utilizas los puntos limpios
- Moderar la limpieza en casa
- Evitar los sprays o aerosoles
- No utilizar extintores que contengan halones
- Comprar material aislante sin CFC
- Revisar los electrodomésticos
- No comprar productos con CFC
- Denunciar actividades que usan bromuro de metilo en sembrados o cultivos
- Utilizar lo mínimo posible el coche
- Evitar usar electrodomésticos de alto consumo
Como puede ayudar Publicbin
Durante su vida, producirá más de 600 veces su propio peso en la basura, lo suficiente como para llenar 1 piscina olímpica. El reciclaje ahorra materiales y energía. La fabricación de nuevos productos utiliza mucha energía, y empeora el calentamiento global. Si reciclamos un solo aluminio, ¡puedemos ahorrar alrededor del 95% de la energía que se necesitaría para hacer uno nuevo! ¡Eso es suficiente energía ahorrada para alimentar su televisión durante unas 3 horas! Más de la mitad de la basura que tiramos se puede reciclar.
Reciclando, estaríamos creando una enorme reducción en la cantidad de materias primas y energía que usamos y con ello cuidando el planeta.
Por cada tonelada que se recicla:
- Se consigue hasta 900kg de material reciclado.
- Se ahorra 140 litros de petróleo y 50.000 litros de agua (lo que supone un 90% menos de agua y un 50% menos de electricidad).
- Se evita la emisión de 900kg de CO2.
- Se libera más de dos metros cúbicos en el vertedero.
- Se genera un 2% más de empleo gracias a las empresas y fábricas de reciclaje.
Beneficios clave de los contenedores de reciclaje de cartón PUBLICBIN
- Hecho de cartón/plástico reciclado
- Ligero y fácil de construir
- Impresión de todo el contenedor en máxima calidad con tintas ecológicas
- Ayuda a fomentar el reciclaje.
- 100% biodegradable y 100% reciclable
- Fabricado con materiales reciclados
- Ayuda a reducir los residuos de los vertederos
- Hecho en Canarias, lo que resulta en un impacto de transporte mínimo
Problemática ambiental
El ozono, gas formado por tres átomos de oxígeno, es sumamente escaso en la atmósfera. Su presencia en las capas inferiores -troposfera-, es nociva por sus efectos oxidantes. Sin embargo, el 90% de este gas se concentra en las capas superiores –en la estratosfera entre 10 y 50 km de altura-, donde su presencia es vital para el desarrollo de la vida, ya que filtra totalmente las radiaciones ultravioleta C y gran parte de las B. Estas radiaciones afectan al ADN, causando cáncer de piel y cataratas, entre otras enfermedades. También ocasiona descensos en la producción vegetal, del plancton y pesquera, así como daños a los materiales, en especial los plásticos, por acelerar su degradación.
El ozono continuamente se está formando y destruyendo en la estratosfera, manteniéndose lo que se denomina un equilibrio dinámico. Sin embargo, el Cloro y el Bromo liberados a esas altitudes debido a la fotolisis de ciertos hidrocarburos halogenados producidos por el hombre, actúan como catalizadores haciendo que se destruya más ozono del que se forma, disminuyendo su concentración.
A partir de los años 80, se hizo patente una gran reducción de la concentración de ozono estratosférico sobre la Antártida, empezándose a hablar del agujero de la capa de ozono, que tenía una extensión de 29 millones de km2 en el año 2000, casi 60 veces la superficie de España.
Si bien se actuó de forma casi inmediata (Protocolo de Montreal 1987), y se han conseguido importantes logros (el consumo de CFCs ha disminuido de 1.100.000 t en 1986 a una décima parte en 2001), la larga permanencia en la atmósfera de estos compuestos, y las grandes cantidades emitidas en el pasado, hace que el estado de la capa de ozono en nuestros días sea el peor de su historia, y no se prevé que recupere su estado «normal» hasta el 2050. Debido a esta situación, es muy importante tomar el sol con precaución así como protegerse convenientemente.
¿Qué son las SAO?
La disminución de la concentración de ozono en las capas medias de la atmósfera –fundamentalmente en la estratosfera- es sumamente dañina para la vida en la tierra, y está provocada, en gran parte, por las emisiones de hidrocarburos halogenados producidos por el hombre, principalmente CFCs, HCFCs, halones, tetracloruro de carbono y bromuro de metilo. Por esta razón, dichas sustancias se denominan comúnmente Sustancias que Agotan la capa de Ozono (SAO).
En nuestro país únicamente se emplean en ciertos usos críticos o esenciales, así como para el mantenimiento de algunos equipos existentes (sectores que utilizan SAO). Queda pendiente sin embargo, evitar en lo posible la emisión de las sustancias usadas en el pasado, buscar alternativas a esos usos críticos y esenciales, y ayudar a los países en desarrollo a eliminar progresivamente las SAO de todos los usos.
España contribuye al Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal, cuyo objetivo es precisamente, apoyar a dichos países en la consecución de los objetivos mencionados.
Gracias al desarrollo de una normativa específica, y al esfuerzo de los sectores afectados, la producción y consumo de SAO están prácticamente eliminados. No obstante, el empleo de nuevas sustancias sustitutivas de las SAO, fundamentalmente determinados gases fluorados, está ocasionando nuevos problemas ambientales y su eliminación plantea nuevos retos.
Proteger la capa de ozono es cosa de todos.